Hace justo un año que, alentada por la presidenta de APOEMUR, asistí a mi primera asamblea, recuerdo que mi despiste era muy grande, que a la vez que me picaba el gusanillo de ver lo que podía aportar a la Asociación, me inquietaba no saber hacer lo que se esperaba de mí... En el fondo confiaba en dejarme seducir y comencé a entusiasmarme con la idea de participar y de hacer todo cuanto sabía por contribuir a la causa de la orientación.
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